martes, 1 de enero de 2019

Diciembre

Diciembre es ese mes
en el que la nieve
siempre es más blanca
en otros jardines.

Es un mes de desear
aquello que no se tiene
y de suspirar por aquello
que ya nunca se tendrá.

En el centro de la plaza
han vuelto a poner el árbol,
un carrusel que da vueltas
y estufas en las terrazas.

Cómo olvidar aquel invierno
por las calles de Granada
cuando para huir del mundo
nos bastaba una mirada.

Recuerdo aquella noche
que brindamos con champán
el futuro era nuestro
nos prometimos la eternidad.

Los juegos de miradas,
los besos en tu portal,
las canciones a capela
tumbados en el sofá.

Y recuerdo que abrazarte
era lo más parecido
a agarrarme a un salvavidas
en mitad de un temporal.

Diciembre me evoca
sin querer aquellos años
en los que jamás pensé
que te dedicaría estos versos.

He cogido mi guitarra
para tocar los acordes
de una canción de Aitana
y juro que soy incapaz
de recitar el estribillo
sin echarme a llorar.

Todavía hoy conservo
tus fotos en mi cartera
porque me aterra pensar
que algún día vuelvas
y pienses, por un momento,
que habré tirado la pulsera
de aquel concierto
o los mensajes que me dejaste
en las tapas de aquel libro.

Y a este poema le falta
un poco lo que a este año
un orden, un sentido;
un buen final, si acaso.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Noviembre

Noviembre
es amar a escondidas.
Quitarse la ropa.
Curarse las heridas.

Es prometer el mundo
a alguien que no conoces
pero que llevas esperando
toda la vida.

Es pecar
por penúltima vez
los viernes por la noche
en la cama de un hotel.

Decirle a los demás
que te llevaba a bailar
mientras te hacía mía
en los baños de algún bar.

Pero noviembre también es
una llamada perdida,
un mensaje sin respuesta;
alguien que ya no te necesita.

Es la promesa de quedar
"un día de estos"
que nunca llega.
Porque es difícil aceptar
que a alguien a quien amas
ya ni siquiera le importas.

Noviembre te mata
sin que te des cuenta;
con sus días grises,
con sus noches de lluvia.

Despertar de madrugada,
dormir entre horas,
escuchar canciones tristes
y mirar por la ventana.

Noviembre es hacer cosas
que ni siquiera te gustan
para desterrar de tu abismo
la palabra melancolía.
Es repetirme a mí mismo
que volverás algún día.

Al final es maquillar
verdades dolorosas
con mentiras piadosas.
Volver a pensarte
como el primer día,
cuando aún no eras mía,
pero ya no podías ser
de nadie más.

Pero la realidad es
que aquel noviembre,
el mes de abril,
aquellos viernes,
dos mil dieciséis,
ya nunca volverán.

martes, 4 de septiembre de 2018

Septiembre

Septiembre es así.

Los días más cortos,
las tardes nubladas,
las noches más largas,
la lluvia en mi ventana.

El sol aún candente,
el viento algo helado.
El sudor en la frente,
un flotador abandonado.

Septiembre es así.

Veleros en el puerto,
piscinas desiertas,
arena en los bolsillos,
nostalgia en las maletas.

Se rompen las parejas,
se separan las cuadrillas.
Los sueños hechos trizas
promesas incumplidas.

Septiembre es así.

Los castillos de arena
sin dragones,
sin princesas,
se pierden entre las olas
sin padres que los construyan,
sin niños que los derrumben.
Solo quedan tristes ruinas
de un verano que se muere.

Septiembre es así.

Dejar los helados,
apuntarse al gimnasio,
volver a la universidad,
conseguir un trabajo.
Fijarse una meta,
estrenar una agenda,
ponerse corbata,
conocer gente nueva.

Septiembre es así.

Se cierra una puerta,
acaba una etapa.
Se abre una ventana,
falsas esperanzas.
Mochilas en las espaldas,
colas en el metro.
Melancólicas miradas,
taxis al aeropuerto.

Septiembre es así.

Toallas sin dueño,
dormirse sin sueño,
canciones de Green Day.
Vestirse de largo,
despedir el verano.
Volver a empezar.